La pérdida auditiva o hipoacusia, es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos y ocurre cuando hay un problema con una o más partes del oído, los nervios que salen de los oídos o la parte del cerebro encargada de la audición.
Se dice que alguien sufre pérdida auditiva o hipoacusia, cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal.
Se conoce como Audición Normal, cuando el umbral de audición en ambos oídos es igual o mejor que 20 dB.
Se conoce como Perdida de Audición, cuando el umbral de audición en alguno de los dos oídos es inferior que 20 dB.
La Pérdida Auditiva o Hipoacusia puede ser: Hipoacusia Leve: Hipoacusia en su mejor oído entre 25 y 39dBHL (le cuesta entender el habla en entornos ruidosos.
Hipoacusia Moderada:
Hipoacusia en su mejor oído entre 40 y 69dBHL (le cuesta entender el habla sin una prótesis auditiva "Audífono")
Hipoacusia Severa: Hipoacusia en su mejor oído entre 70 y 89 bBHL (necesita prótesis auditivas potentes o un implante coclear)
Hipoacusia Profunda: Hipoacusia en su mejor oído de más de 90 dBHL (Cuando se tiene hipoacusia profunda, la persona podría recurrir a alternativas como lectura de labios, lengua de señas o uso de un implante coclear)
¿Cómo funciona la audición en el cerebro?
El sonido viaja desde tus oídos al centro auditivo del cerebro, donde hay dos subsistemas: El subsistema de orientación y el subsistema de enfoque. Estos subsistemas funcionan juntos constantemente para ayudarte a comprender la escena sonora que lo rodea.
1: El subsistema de orientación analiza constantemente tu entorno para crear una vista general completa de la escena sonora.
2: El subsistema de enfoque te ayuda a seleccionar qué sonidos escuchar y a cuáles cambiar tu atención, mientras que se filtran los sonidos irrelevantes.
Desde aquí, el sonido es utilizado por otros centros cerebrales como la memoria y las emociones.
Síntomas de la pérdida auditiva
Si puedes responder SÍ a una o más de estas preguntas, es posible que tengas una pérdida auditiva: 1. ¿Piensa que las personas de su entorno murmuran o hablan muy bajo? 2. ¿Le resulta difícil mantener conversaciones en restaurantes o lugares con mucha gente? 3. ¿Tiene que subir el volumen de la televisión, de la radio o del teléfono? 4. ¿Se quejan sus amigos y familiares de que tienen que repetir todo lo que le dicen? 5. ¿Tiene que mirar a la gente a la cara para entender lo que le dicen? 6. ¿Han desaparecido algunos sonidos cotidianos como el piar de los pájaros, los pasos o el tictac del reloj?